Principio: Ley de la Atracción.
- kafarifimefe
- 16 jul 2021
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 23 jul 2021
Eres un imán viviente. Lo que atraes a tu vida está en armonía con tus pensamientos dominantes. -Brian Tracy.
Todo lo que piensas, sientes, dices o imaginas, es en realidad una petición, la cual es transmitida a través del éter a la Inteligencia Infinita, es decir Dios.
"En lo que se refiere a Mis Manos, ordéname".
Cuando se persigue algo, lo único que se logra es ahuyentarlo. El éxito, el dinero, el amor y la felicidad jamás se persiguen: se atraen. Atraemos lo que armoniza con nosotros, por lo que tu responsabilidad es pensar, sentir y vibrar alto, intenso y positivo. Así Dios, el Universo, la Inteligencia Infinita, te entregará en la mano todo lo que sintonice con la vibración que emanas.
En todo momento debes ser muy selectivo con la información que admites en tu mente, con las personas que admites en tu vida, y con las palabras que salen de tu boca. Cada interacción es un intercambio de energía. Cada idea o sentimiento, propio o ajeno, positivo o negativo, suma a tu comportamiento, tu pensamiento y tu vibración. Y así determinas qué atraes a tu vida, así como el rumbo que esta toma. En todo momento atraes a tu vida las cosas, las personas y las circunstancias que sintonizan contigo, con tu vibra y con tus pensamientos. Los ingredientes indispensables son Fe (certeza y confianza en Dios) y Amor (la más alta y magnética vibración, en especial el amor incondicional, el amor puro, intenso, con todo tu corazón).
Pedir en agradecimiento.
Dios no responde demandas, Dios responde a los corazones profundamente agradecidos. Como hemos aprendido: atraemos lo que sintoniza con nosotros, y -pedir- es vibrar en carencia. Por lo que debemos agradecer como si ya hubiéramos recibido. Tu parte es actuar como si ya fueras dueño de lo que quieres, el Universo reconocerá tu canción y la seguirá.
"Crean que ya han recibido todo lo que estén pidiendo en oración, y os vendrá." Marcos 11:24
Ejercicio práctico.
Vamos a poner un ejemplo a modo de dechado: Supón que quieres un piano. Si quieres un piano, haz el espacio en tu sala, compra libros de partituras. Visualízate tocándolo, escucha tu casa inundarse de aquella melodía. Agradece en oración por el piano que ya está en casa, ya está en tu poder, ya es tuyo. Tiene tu nombre. Agradece, emociónate y espera.
Sustituye el piano con lo que más deseas.
Mantente magnánimo.
Comentarios